Feliz Navidad a todos
Queridos lectores:
Aunque sois cuatro gatos, y espero estar con todos de estos días, no quiero dejar pasar el día 24 sin desearos una feliz Nochebuena junto a los vuestros, que no olvidéis su significado último, y que encaréis la Navidad como merece.
Para mí van a ser unas fiestas raras. Ya lo eran de por sí, por el tema del MIR, más aún ahora. Como mi abuela está muy pachucha, mi padre se quedó en Vigo con ella. Nosotros mientras, estamos incómodamente a la expectativa de viajar a casa de vuelta, tratando de vivir estos días con una naturalidad que no es tal. Evidentemente, mis deseos más especiales son para mi padre y mi abuela, y por extensión a todos aquellos que viven la Navidad metidos en un hospital. Es algo que da mucha pena, pero es así.
Creo que aunque no sean unas Navidades alegres no pierden su significado, para mí por lo menos. Aunque el consumismo y el arrinconamiento social del origen verdadero de la Navidad nos lo oculten, estos días no implican una alegría vacía, consumista ni necesariamente metódica. No hay que sonreír sin parar por el hecho de que toque. No. Tenemos que cuidarnos entre nosotros, confirmar nuestro rumbo y seguir haciendo las cosas bien. Aunque lo que toque duela.
El curso de las cosas no se puede cambiar. Nosotros sí. Y estar a lo que nos corresponde, vigilantes.